En el conf�n de tu evocaci�n
estoy sentado dibujando astros
que caen en la rivera, develando los matices
del lumbre que llevas dentro
Escrita est� en la arcilla la huella
de tu marginal presencia
cuando te desnudaban,
ahora sin importar por que lo hac�an
Cuando el mundo gira a la velocidad
del resplandor parece no querer saber que
el tiempo se agota junto con la paciente
presunci�n de que te socorran los bufos espejismos
Ser�s posiblemente la reina de los que rodean
los enclaves modernizantes de pobre esp�ritu
o la servidora de quienes dicen servirte, consu�late
que pronto pasa este d�a, mi Nicaragua.
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