No en parte alguna puede estar la casa del inventor de s� mismo.
Dios, el se�or nuestro, por todas partes es invocado,
Por todas partes es tambi�n venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
El es quien inventa las cosas,
�l es quien se inventa a s� mismo: Dios.
Por todas partes es invocado,
Por todas partes es tambi�n venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
Nadie puede aqu�
Nadie puede ser amigo
Del Dador de la vida:
S�lo es invocado,
A su lado,
Junto a �l,
Se puede vivir en la tierra.
El que lo encuentra,
Tan s�lo sabe bien esto: �l es invocado,
A su lado, junto a �l,
Se puede vivir en la tierra.
Nadie en verdad
Es tu amigo,
�oh Dador de la vida!
S�lo como si entre las flores
Busc�ramos a alguien,
As� te buscamos,
Nosotros que vivimos en la tierra,
Mientras estamos a tu lado.
Se hastiar� tu coraz�n.
S�lo por poco tiempo
Estaremos junto a ti a tu lado.
Nos enloquece el Dador de la vida,
Nos embriaga aqu�.
Nadie puede estar acaso a su lado,
Tener �xito, reinar en la tierra.
S�lo t� alteras las cosas,
Como lo sabe nuestro coraz�n:
Nadie puede estar acaso a su lado,
Tener �xito, reinar en la tierra.
Canto de Nezahualc�yotl de Acolhuacan
(con que salud� a Moctezuma el viejo,
cuando estaba �ste enfermo).
Miradme, he llegado.
Soy blanca flor, soy fais�n,
Se yergue mi abanico de plumas finas,
Soy Nezahualc�yotl.
Las flores se esparcen,
De all� vengo, de Acolhuacan.
Escuchadme, elevar� mi canto,
Vengo a alegrar a Moctezuma.
�Tatalilili, papapapa, achala, achala!
�Qu� sea para bien!
�que sea en buen momento!
Donde est�n erguidas las columnas de jade,
Donde est�n ellas en fila,
Aqu� en M�xico,
Donde en las obscuras aguas
Se yerguen los blancos sauces,
Aqu� te merecieron tus abuelos,
Aquel Huitzil�huitl, aquel Acamapichtli.
�Por ellos llora, oh Moctezuma!
Por ellos t� guardas su estera y su solio.
El te ha visto con compasi�n,
�l se ha apiadoado de ti, �oh Moctezuma!
A tu cargo tienes la ciudad y el solio.
Un coro responde:
Por ello llora, �Oh Moctezuma!
Est�s contemplando el agua y el monte, la ciudad,
All� ya miras a tu enfermo,
�oh Nezahualc�yotl!
All� en las obscuras aguas,
En medio del musgo acu�tico,
Haces tu llegada a M�xico.
Aqu� t� haces merecimiento,
All� ya miras a tu enfermo.
T�, Nezahualc�yotl.
El �guila grazna,
El ocelote ruge,
Aqu� es M�xico,
Donde t� gobernabas Itzc�atl.
Por �l, tienes t� ahora estera y solio.
Donde hay sauces blancos
S�lo tu reinas.
Donde hay blancas ca�as,
Donde se extiende el agua de jade,
Aqu� en M�xico.
T�, con sauces preciosos,
Verdes como jade,
Engalanas la ciudad,
La niebla sobre nosotros se extiende,
�que broten flores preciosas!
�que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Haces vibrar tu abanico de plumas finas,
lo contempla la garza
lo contempla el quetzal.
�Son amigos los pr�ncipes!
La niebla sobre nosotros se extiende,
�que broten flores preciosas!
�que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Flores luminosas abren sus corolas,
donde se extiende el musgo acu�tico,
aqu� en M�xico.
Sin violencia permanece y prospera
en medio de sus libros y pinturas,
existe la ciudad de Tenochtitlan.
El la extiende y la hace florecer,
�l tiene aqu� fijos sus ojos,
los tiene fijos en medio del lago.
Se han levantado columnas de jade,
de en medio del lago se yerguen las columnas,
es el Dios que sustenta la tierra
y lleva sobre s� al An�huac
sobre el agua celeste.
Flores preciosas hay en vuestras manos,
con verdes sauces hab�is matizado a la ciudad,
a todo aquello que las aguas rodean,
y en la plenitud del d�a.
Hab�is hecho una pintura del agua celeste,
la tierra del An�huac hab�is matizado,
�oh vosotros se�ores!
A ti, Nezahualc�yotl,
a ti, Motecuhzoma,
el dador de la vida os ha inventado,
os ha forjado,
nuestro padre, el Dios,
en el interior mismo del agua.
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