Dice la leyenda, que en la zanja de �mbar, en las costa de Huehuete, apareci� un d�a un bote que daba la impresi�n de ser parte de un naufragio, cuando la gente corri� a ver, encontraron en el bote dos cajones de madera, no muy grandes, sin se�ales para quien iban dirigidos ni de donde ven�an. La curiosidad fue m�s grande que el respeto, tomaron las cajas y fueron a una de las enramadas del pueblo; en ese tiempo Huehuete era un pueblo ind�gena de alguna importancia por estar cercano a la zona de las Lagunas en donde las llenas dejaban miles de libras de camarones y peces; ante la curiosidad de los pobladores, abrieron las cajas y encontraron dos Santos de bulto, sin pensarlo dos veces las subieron a una carreta e hicieron rumbo a Jinotepe buscando por el cura p�rroco,?Cu�ndo fue esto? Imposible de precisarlo, pudo ser a finales del setecientos cuando alg�n espa�ol se afinco en Huehuete, pudo ser antes, las gentes bailando que acompa�an al Santo van disfrazados de espa�oles del siglo XV y XVI, las mascaras son de gente blanca rubia barbados y, de ojos azules, tanto los calzones como las camisas nos trasladan a esa �poca, se los llama los Diablitos.
Una vez en el pueblo el cura identifico los Santos, uno era San Sebasti�n, el otro Santiago y, decidi� que Santiago ( Sant Iago) fuera trasladado a Diriamba y San Sebasti�n quedara en Jinotepe, as� fue, cada santo tenia su lugar, en las casas que serv�an de Templos; temprano por la ma�ana los pobladores de los dos pueblos se fueron a sus respectivos templos a conocer los santos que hab�an llegado de regalo, la sorpresa fue tremenda, en Diriamba estaba San Sebasti�n y en Jinotepe Santiago; las sospechas y dudas asaltaron a los aleda�os, cada quien supon�a tener en su ermita al santo que no estaba, algo estaba equivocado, r�pido fueron donde el cura que tenia su oreja fr�a, inmensa fue su sorpresa, el hab�a visto a ser puesto en la ermita.
La gente de cada pueblo cogio al santo de su ermita y se fue al pueblo vecino para hacer el cambio, a mitad del camino que une los dos pueblos, el llamado �Camino del Cacique� se encontraron con los del otro pueblo que ven�an a cambiar su imagen por la que supon�an era; regresaron a sus pueblos, los Diriambas con Santiago, los Jinotepinos con San Sebasti�n, hubo fiesta y rezos; La ma�ana siguiente vino con sorpresas para cada pueblo, los santos estaban cambiados de nuevo, ahora la cosa se pon�a caliente, cada uno le echaba la culpa al otro del cambio, que no respetaban la decisi�n del cura, que quer�an hacer negocio con el santo y as�; ambos pueblos decidieron dejar un grupo de personas dentro de las ermitas para cuidar.
Llego el d�a, los cuidadores dentro de las ermitas desvelados y cansados, hambrientos y con fri�, por aquel tiempo eran fr�os los pueblos, embozados en el amanecer color de perro corriendo, esperaban la salida del sol, con las primeras claridades fueron a ver que hab�a pasado, ins�lito e inaudito, no cre�an lo que miraban, en Jinotepe estaba Santiago, en Diriamba San Sebasti�n, el cura de Jinotepe llego sin sotana de la prisa, les dijo que le hab�an jugado una broma, alg�n truco me hicieron. Tomaron la imagen y en andas la llevaron a su respectivo pueblo, igual paso en Diriamba, al igual que el d�a anterior cuando llegaron a la mitad del camino se �encontraron� con el otro santo.
Ahora todo el pueblo estaba involucrado en el asunto, guiados por el alcalde de vara acordaron cuidar toda la noche, muchos dijeron que pasar�an la noche frente al santo con hachones de cera y candiles encendidos, en cada uno de los pueblos se hizo lo mismo, as� fue, unas cuantas personas se sentaron frente a su santo y pasaron la noche platicando, mirando de cuando en cuando al santo.
Con los cantos de los gallos llego el amanecer, entre la neblina se vislumbraba la claridad del sol, los de fuera entraron y preguntaron, ?que paso? Miren pues, nada, pero cuando miraron, Santiago en Jinotepe y San Sebasti�n en Diriamba; quedaron mudos, demacrados, no era posible; esperaron se fuera la niebla y cogieron al los santos y se fueron a dejarlo a su lugar.
En la mitad del camino, donde es Dolores actualmente, se encontraron los santos, si fue un encuentro, el cura los detuvo y les dijo: la voluntad de los santos es quedarse San Sebasti�n en Diriamba y Santiago en Jinotepe, no peleen entre ustedes y acepten esa voluntad, adem�s cada ano en Julio 24 y en Enero 19 los santos se encontraran (en nicarag�ense encontrarse con alguien es toparse con alguien, me tope con fulano) y cada santo permanecer� con el otro en recuerdo de los primeros tiempos.
En poco tiempo las familias que hab�an llegado de Compostela quisieron recordar el camino de Santiago hasta Finisterra y se hizo la famosa manda de Santiago a la Vera Cruz de Acayo (leer el libro del Dr. David L�pez acerca del recorrido) Es impresionante cuando Santiago es llevado frente al mar en Veracruz, el mar deja de tener olas y tumbos, queda en calma, no hay ruido, solo quietud, en cuanto se lo llevan continua el eterno sonido de los tumbos y el movimientos de las olas.
Tiene Santiago un cabildo formado por Priostes, el prioste mayor y Mayordomos, estos son el verdadero gobierno del santo, tenemos adem�s dos Santiagos, uno el de bulto encontrado en Huehuete, el otro esta montado en un caballo a la usanza espa�ola de entre el siglo 9 y el 14, es el Santiago �mata moros�, creo este es el mas antiguo. Este de a caballo es el que recorre por montes y veredas el sur de Carazo hasta Veracruz
Durante el �Tope� hay promesantes, hay Diablitos as� llamados en toda Am�rica, disfrazados de Espa�oles, con las mascaras de madera pintadas como personas blancas, rubias, barbados y ojos azules, en algunas regiones de Espa�a tambi�n se pueden encontrar; est�n tambi�n las inditas con sus huipiles adornados que bailan solamente para atr�s, hace unos 70 anos comenzaron agregarles otros bailes que no van a tono, de Diriamba llegan los Machos-ratones con sus cl�sicos chischiles.
La gente dice que el Santo es muy milagroso, le ofrecen alboradas y velas en las que se rezan oraciones antiguas, se termina con el Alabado de Santiago, algo que mueve el esp�ritu; en todas las velas y alboradas hay comida para quien pida, son cl�sicas el nacatamal pindongo, el guiso de chilote, yoltamales, en relaci�n a estos se dice, haga bien o haga mal, por Santiago yoltamal, refiri�ndose a las lluvias, Ajiaco y bu�uelos, algunas personas hacen Cabesechancho (cabeza de cerdo adobada), se esta perdiendo por lo dif�cil de hacerla bien, tambi�n las morongas (morcillas de los Espa�oles).
Hace unos sesenta anos hab�an muchas personas montadas que acompa�aban al santo al Tope, hab�a ocasiones que llegaban a doscientos, el mejor caballo era el flor de Lima de Horacio Rodr�guez Lara, posteriormente a evolucionado con el club h�pico de Nicaragua.
Para los Caraceños, Diriamba y Jinotepe tanto el Desnudo como Santiago son personajes reales, vivos, el non plus ultra del pueblo, en Jinotepe la gente cree que Santiago, en la procesi�n del 25, si hay sol, el santo se oscurece, como decimos, se quema, cuando hace calor transpira, ellos secan el sudor, si llueve hay que taparlo pues se puede mojar, para ello tiene capas y capotes de toda �ndole; hubo un promesante que le compro anteojos para protegerlo del sol; eso es realmente fé, la gente le habla y cuenta sus penas y necesidades, tambi�n le dan gracias por los favores recibidos. |