Todo
comenz� cuando era apenas un ni�o, cuando empec� a ir a la escuela,
cuado me dieron mi primer cuaderno y mi primer l�piz. �Que maravilloso!
Recuerdo que cada vez que me daban un l�piz de grafito nuevo, lo ol�a
incesantemente. �Que experiencia!
Ya en mi adolescencia, despu�s de haber transitado por el dibujo y de
alguna manera perfeccionarlo, experiment� con todo tipo de pintura,
hasta llegar al �leo, que es el material con el que perfeccion� mi
trabajo.
Experimente tambi�n con distintos temas, empezando con el retrato,
siendo este mi aliado desde que empec� a dibujar y ya hab�a hecho
retratos con grafito y carboncillo, la figura humana, los barrios
nocturnos, y el paisaje que es donde me he quedado, por que para mi el
paisaje es un gran reto, creo adem�s que si uno quiere aprender a pintar
debe hacerlo pintando paisaje. Tambi�n investigu� la luz, vi en todos
los trabajos de mis colegas que aunque eran verdaderas tesis de color,
contraste, fuerza etc. No ten�an aquello que yo ansiaba: �luz�, pero que
con mi perseverancia y disciplina resolv�.
El aspecto de la luz es muy complejo, un estado de luz principal, tiene
su contraparte � contra luz principal, esta se deriva en una serie
infinita de mayor a menor, � de la misma intensidad, las que dan origen
al color, este a su vez se desprende en peque�os estados de color, que
le dan a la obra terminada una poli-luminicencia, una policrom�a
exquisita. Porque b�sicamente la obra es eso Luz, Color, � luz y color,
he ah� el objeto de mi pintura.
He pintado cada cuadro con especial cari�o, los nocturnos, muros
floridos, atardeceres, etc. Siempre escog� aquel momento apacible,
cuando las luces del d�a se dan cita, cuando una releva a la otra,
cuando se desaperciben, cuando se transparentan en sus colores casi
imperceptibles y como gemas nacidas de la atm�sfera, las atrapo con mi
pincel humedecido, y las enjaulo en el haz de mi lienzo. Hice que ese
momento me fuera personal, que se identificara conmigo, ya en los
paisajes, retratos � bodegones, y que mi mano guiara aquel pincel para
escoger el color apropiado, el m�s cercano y hacer de la naturaleza una
nueva creaci�n.
Mi pintura est� hecha con cada piedrita tropezada del camino, cada hoja,
cada ramita, cada rayo de luz que en todos estos a�os he podido
encontrar, cada camino polvoriento y transitado, y cada casa derruida
por el paso del tiempo. Est� dedicada o toda esa gente que los transita
y las habita, y a toda esa gente que las adquiere y las aprecia.
Mauricio Rizo.
Pintor.
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