�Yo os saludo desde el fondo de la pampa! �Yo os
saludo
bajo el gran sol argentino
que como un glorioso escudo
cincelado en oro fino
sobre el palio azul del viento,
se destaca en el divino
firmamento!
Os saludo desde el campo lleno de hojas y de luces
cuya verde maravilla cruzan potros y avestruces,
o la enorme vaca roja,
o el reba�o gris, que a un tiempo luz y hoja
busca y muerde,
en el m�gico ondular
que simula el fresco y verde
trebolar.
En la pampa solitaria
todo es himno o es plegaria;
escuchad
c�mo cielo y tierra se unen en un c�ntico infinito;
todo vibra en este grito:
�Libertad!
Junto al m�dano que finge
ya un enorme lomo equino, ya la testa de una esfinge,
bajo un aire de cristal,
pasa el gaucho, muge el toro,
y entre fina flor de oro
y entre el cardo episcopal,
la calandria lanza el trino
de tristezas o de amor:
la calandria misteriosa, ese triste y campesino
ruise�or.
Yo os saludo en el ensue�o
de pasadas epopeyas gloriosas;
el caballo zahare�o
del vencedor; la bandera,
los fusiles con sus truenos y la sangre con sus rosas;
Ia aguerrida hueste fiera,
la aguerrida hueste fiera que va a toque de clar�n,
el que gu�a, el H�roe, el Hombre;
y en los labios de los bravos, este nombre:
�San Mart�n!
De la pampa en las augustas
soledades,
al clamor de las robustas
cien bocinas del pampero, yo saludo a las ciudades
de la mar,
con sus costas erizadas de nav�os,
con sus r�os
donde mil urnas colmadas su riqueza han de volcar.
�Argentinos, Dios os guarde!
Ven mis ojos c�mo riega
perla y rosa de la tarde
el crep�sculo que llega,
mientras la pampa ilumina
rojo y puro, como el oro en el crisol,
el diamante que prefiere la Rep�blica Argentina:
�Vuestro Sol! |
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